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Sobre la amistad

Escrito por: Fénix Rojo

En el patio de una escuela alguna vez llegué a escuchar una conversación muy parecida a ésta:

“-Ten te doy la mitad de mi sándwich.

-Bueno…. Ten, te doy la mitad de mi jugo.

– ¿Y la paleta?

-Bueno le chupas tú, le chupo yo y así una y una, ¿sí?

– Bueno, tú primis”

Sobre la Amistad

 

La lealtad y la no pena que encontramos en una primera amistad, hablemos ya sea del jardín de infancia, de la primaria o entre los niños del vecindario es tan sincera que uno mismo se sorprendería al darse cuenta que hoy en día, 10 ó 20 años después, nos es difícil siquiera hablarle al compañero de oficina.

Recordemos aquellos momentos en los que todos eran nuestros “cuates”, unos más, otros menos pero al cabo con todos teníamos algo en común.

 

Los Niños

Escrito por: Fénix Rojo

Despeinado, con las rodillas sucias y una sonrisa pícara.

Con coletas, vestido de flores y bolsa.

Con camisa, pantalón de vestir y lentes.

De shorts, con las manos sucias y la cara manchada.

Sí, todos son niñas y niños que aún con tantas diferencias tienen algo en común: son felices. Han reconocido como misión única satisfacer su necesidad de hacer lo que quieran, lo que más les gusta, sin importar cuan fuerte grite la mamá o cuan fuerte gruña el papá.

Sólo hay que darnos un segundo de observación para poder apreciar la sencillez de un niño. Aquella criatura cuidada hasta el cansancio pero muy pocas veces escuchada. Me pregunto qué pasaría si un padre escuchara lo que su hijo quiere ¿habría tantas escuelas de futbol? o qué pasaría si una madre escuchara a su hija ¿habría tantos vestidos de princesas?

Es estupendo poder apreciar la felicidad radiante que expresa un pequeño al descubrir que su lugar favorito es el nuevo castillo que acaba de construir con la caja de cartón que estaba en la basura.

Muchas veces como padres llegará preocupación de saber si estamos haciendo las cosas bien o mal, llegará también la preocupación de saber si nuestro hijo es feliz o no pero mientras ofrezcamos una sonrisa cálida y un abrazo caluroso llenos de amor y cariño sincero no habrá nada de qué preocuparse.

Termino diciendo que no es fácil, hemos aprendido a observar con prejuicios pero no hay nadie mejor  para cambiar esta costumbre que un niño, ya que son vida pura en esencia y sobre todo un regalo para aquella persona que decida mirarlos sin preguntarse nada, para aquella persona que decida mirarlos sin juzgar, para aquella persona que decida mirarlos con la única intención de ser feliz un instante.